"La vida no es un cuento de hadas" tercera parte

Y aquí, la tercera parte del relato que estos dos días he ido subiendo en el blog.
Ante todo, quiero aclarar que este relato también se encuentra en http://elisworld.ucoz.com/  junto a 2 relatos más que pronto podréis presenciar aquí.


Este relato fue creado con la intención de presentarlo en un concurso de literatura en lengua española  del Instituto IES Alfacs, que pronto sabremos si puede llegar a ser el ganador.


Pasaron los años y fui creciendo a medida del tiempo, aprendiendo cada día cosas nuevas y experimentando momentos y sensaciones que nunca había sentido.

A mis 12 años, tuve mi primer novio, se llama Elian, apuesto, divertido, simpático con todo el mundo… Dábamos vueltas por el parque con los patines o a veces con la bicicleta. Nos reíamos juntos de los chistes que nos contábamos mutuamente y lo pasábamos muy bien. Un día no sé el motivo, me dejó, pase unos días triste, pues yo le quería mucho, pero tampoco tenía edad para sufrir por amores que no valían la pena, y si en verdad él me hubiese querido como yo le quería, nunca lo hubiéramos dejado.

A mis 16 años volví a tener otro novio, éste se llamaba Joaquín, era un chico solitario al que solo le gustaba leer y disfrutar de la música clásica, me parecía el chico más guapo que había en todo el instituto y el perfecto para mí, pues en 2 años había cambiado de parecer y me sentía más a gusto leyendo libros y escuchando esa clase de música que no de juerga con mis compañeros sabiendo que me podía meter en una buena. Pasé con él 2 años de lo mejorcito, compartiendo opiniones y leyendo libros juntos en el parque y comiendo croquetas recién hechas que había hecho mi madre para la ocasión. Nuestra relación acabó por que habíamos elegido rutas distintas y la vida nos tenía preparado cosas nuevas y diferentes caminos, fue una despedida en la playa de lo más maravillosa y que en hoy en día sigue siendo la que más me ha gustado.

Cumplí los 19 y comencé a estudiar administración con la ayuda de unas amigas y de mi madre. Sufrimos un bajón económico, por el despido de mi madre  y tuve que ponerme a trabajar para poder ayudarla a pagar los gastos que pagaba ella con su sueldo, dejé los estudios y me puse a trabajar en un bar de camarera, no era el mejor trabajo del mundo, pero no podía elegir, era eso o quedarnos en la calle mi madre y yo. Mi padre, desde que tenía conciencia y capacidad para valerme por mi misma, no quiso saber nada más de mí. Pasaban muchos años sin saber nada de él, y lo único que supe fue que se había vuelto a casar y tenía una niña.
Pase unos meses estresada y sin poder dormir bien y para colmo  mi madre cayó en el vicio del alcohol, y aún así desde ese día hasta ahora sigue igual. Mis amigas me ayudaban económicamente y gracias a ellas pude salir de ese bache, dejar ese trabajo y continuar con mis estudios que echaba tanto de menos.
Aprobé con existo y con unas notas inmejorables, comencé a ir a la universidad y al poco tiempo, conseguí un trabajo de secretaria de un empresario muy importante de una compañía de seguros. Mi sueldo era perfecto y me podía permitir mantener a mi madre junto los gastos de su casa y alquilar un apartamento cómodo para mí.

Cené varias veces con mi jefe del cual me enamoré perdidamente y ese amor era mutuo. A los años me case con él y fuimos varias veces viajando por el mundo y viendo las maravillas que tenía cada país junto su cultura.
Hoy en día, recuerdo a mi abuela y de sus consejos que me daba con tan solo 3 años, de sus palabras y de rostro que no podía ser más bello. Gracias a ella, he llegado con esfuerzo a la vida que quería y sé que estaría orgullosa de su nieta que ha crecido y ha continuado sus pasos por ella.