La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir.
Para ser sinceros procuramos decir siempre la verdad, y pensamos que es fácil ser sincero, pero a veces cuesta lo suyo.
Se suelen utilizar las "mentiras piadosas" para ocultar la verdad, pero que en realidad a la persona que mentimos le hacemos daño, y esta pequeña mentira e un principio piadosa, se hace más grande y finalmente se acaba sabiendo la verdad.
Para mí la sinceridad no solo se demuestra por medio de las palabras sino también a través de la actitud de las personas.
Ser sincero también es tener tacto con aquella persona, la verdad duele y por eso tenemos que estar allí apoyando en lo que haga falta.
La sinceridad no solo son palabras, actitud y tacto, sino también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad no se puede justificar porque haber mentido en cualquier circunstancia.
Al ser sinceros, somos más honestos ante el mundo y ante todas las personas.
Al ser sinceros aseguramos nuestras amistades, somos más honestos con los demás y a la vez con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la autenticidad que hay en nuestra forma de comportarnos y nuestras palabras
A medida que nos vamos haciendo más mayores, la sinceridad debe ir en aumento y debe convertirse en un elemento básico para vivir nuestra vida con auténtica plenitud y sinceridad.
Yo, soy una de muchas personas que no llega a ser del todo sincera y dice esas "mentiras piadosas" pero quiero cambiar y os doy también el consejo a todos vosotros que intentéis también cambiar. Valdrá la pena.
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