jueves, 5 de abril de 2012

"Relaciones intimas con mi vecino" segunda parte

El sol me daba en la cara , qué molesta es esta habitación, pensé, pero al darme cuenta más detalladamente y abrir los ojos poco a poco observe como aquellas 4 paredes no coincidían para nada con mi habitación, la cama era un poco más dura, aquellas sabanas no las había visto nunca. Al girarme vi a mi Iván dormido, que carita de ángel que tiene.

-Buenos días amor – Dijo con los ojos cerrados -

¿Amor? ¿Acaso se me había declarado y yo sin sentido de orientación le dije que sí sin más? Para mí era algo nuevo, en mis 14 años de existencia nunca había tenido novios, bueno sí, pero aquellos apestosos niñatos no cuentan.

-Buenos días cielo – dije para no quedar mal-

No quería quedar como tonta, imaginaos que una persona os dice amor y que habéis hecho el acto sexual con él, no creo que hubiese sido más adecuada otra cosa.

-¿Quieres algo de desayunar preciosa?

-La verdad es que sí, tengo un poco de hambre.

-Te haré el mejor desayuno que hayas probado en tu vida – Dijo sonriendo

Y en efecto, el desayuno estaba delicioso, nunca había probado algo semejante y mira que mi madre también lo hacía pero así de rico, ¡Nunca!

Quería preguntarle qué había pasado, pero no creo que fuese momento y me tomaría por alguna retrasada que no se acuerda de lo que ha hecho un día antes.
-Tus braguitas se han quedado allí

¡Dios! ¡Qué vergüenza! No sabía que mis bragas estuvieran encima de la televisión ¿Cómo habían podido llegar hasta allí?

-No veas como cambias en la cama –Dijo con una sonrisa picarona

¿Qué? ¿Cambiar en la cama? Dios… ¿qué había estado pasando aquella noche?
Quería quedarme más tiempo con él, ya que después de desayunar nos pusimos a ver la televisión abrazados como una pareja de lo más normal, pero mi madre podría preocuparse, no sabía que me iba a quedar a dormir en su casa y ahora tendría que inventarme alguna escusa, la pregunta del millón ¿cuál?.
-Bueno, creo que ya va siendo hora de que me vaya.
-Muy bien… Pero…

-Pero…

-Nena, que me has hecho pasar una de las noches más inolvidables de mi vida y espero que se repita, sé que es difícil comprender que haya pasado esto entre nosotros pero me gustaría estar contigo y cuidarte siempre.

¡Dios! Parecía un sueño, ¿alguna vez os han dicho algo parecido? A mí nunca, era algo nuevo y precioso para mí. Con esas palabras me hizo suya así que yo le respondí con un beso, pero no un beso cualquiera, un beso que representaba que yo también quería estar con él.

Salí de su casa y solo tenía que girar un poco y ya estaba en la mía, que cómodo es tener un novio que está a mi lado. Al abrir la puerta mi madre me dio un susto.

-¡Señorita! ¿Dónde cree que va?

-Buenos días mamá

-No me cambies de tema.

¿Cambiar de tema? Sí, mi madre estaba un poco pa’ allá, pero supongo que es la edad.

-Estuve en casa de Lucía, nos quedamos viendo una película y nos dormidos. Esta mañana,  quería llamarte pero me daba un poco de pena despertarte. Perdona por haber sido tan irresponsable.

En cierto modo a mi madre nunca le había mentido, siempre habíamos sido como hermanas o como amigas intimas pero si yo le contase lo que había pasado… Me mataría o me enterraría viva, así que no podía arriesgarme, eran capaces de irse a vivir a otro sitio para que yo no pudiese saber nada más de Iván.

-No pasa nada hija, pero espero que no se vuelva a repetir, tu padre y yo estábamos muy preocupados.

Lo dudo, mi padre es un caso perdido, solo le importa que una mujer enseñe bien sus dotes, que haga las faenas de casa y disfrutar de la vida. Trabaja en un banco, y suele ganar mucho dinero, también suele invertir en algunas cosas, pero yo no soy la más adecuada para contar eso, y tampoco es que me entere mucho del oficio de mi padre.

Me dirigí a mi habitación y allí estaba él esperándome atreves de una ventana. Me hizo señas de que me quería ver desnuda ¿Y qué más daría si le volvía a enseñar mi cuerpo?  Las dos últimas noches ya lo tenía muy visto, así que acepte. Fui quitándome la ropa poco a poco, solo le faltaba la baba colgando, porque la cara la tenía perfecta para aquella situación. Al acabar de desnudarme me hizo más señas, quería que diera la vuelta, así que la di, por momentos me entraba la risa, me sentía una modelo a pleno desfile. Pero aquel momento había llegado a su fin, porque mi madre es tan especial que entró sin tocar primero.

-Ele… ¿Qué estás haciendo?

En ese momento sin darme cuenta Iván había desaparecido, como si se hubiese esfumado de la nada.

-¡AH! ¡Mamá! Podrías hacer el favor de llamar antes a la puerta, me has pillado desnudándome para ir a la ducha.

Mi madre igual que mis amigas era cortita, así que se lo creyó y me pidió perdón por haber pensado mal de mí, por un momento me sentí realmente mal, no solo había mentido a mis amigas con estar constipada sino ahora a mi madre sobre la situación en la que estaba pasando en aquellos momentos.

Pasaron los días unos 3 o 4, no recuerdo muy bien, pero sí, que se montó una fiesta en casa porque la señora Rosen, se fue a quejar del ruido de la música, por suerte Iván no es tan conflictivo y accedió a bajar el volumen, aún así yo desde mi habitación escuchaba las carcajadas de él y de sus amigos y amigas, me puse en el escritorio a ver fotos de cuando era pequeña o de cuando estaba con  mis amigos haciendo alguna tontería que siempre pensábamos en positivo y nunca en negativo, de vez en cuando alzaba la vista y veía pasar a chicas con faldas cortísimas, dudo que se pudieran llamar faldas aquellos trapos tan apretados y cortos, iban escotadas, incluso pensé en que si fuera un chico, intentaría algo con aquellas chicas.

 Después de unos 10 minutos o 15 quizá, vi a Iván con una chica guapísima y si os soy sincera, los celos me reconcomían por dentro, no me lo podía creer ¿Acaso no éramos una pareja? ¿O es que solo me quería para sus días libres y aburridos? Pensando en eso tenía ganas de morir allí mismo incluso note como involuntariamente me caían las lágrimas por las mejillas e inundaban mi rostro. Y pasó, realmente fue una gran putada para mí, aquél vecino, aquél chico que me había hecho suya, se estaba besando con aquella chica, y en verdad, ella no tenía la culpa, no tenía la culpa de ser una chica tan guapa y tan atractiva, no supe cómo reaccionar, estaba en shock ¿cómo era capaz de hacerme eso?
Decidí por mi bien, evitarle, aquello me había dolido mucho.

Al día siguiente decidí ir a dar una vuelta, en casa me faltaba el oxigeno y quería dejar de llorar por Iván, me sentía fatal después de ver aquel acontecimiento que hubiese preferido no verlo y vivir una mentira. Mi madre se comenzaba a preocupar, comenzaba a tener poco apetito y apenas hablaba, no hacía nada más que estar en mi habitación viendo fotos, leyendo para distraerme y dejar de pensar en Iván y a veces… muchas veces, quería ver si estaba en su habitación, me daba igual que estuviese haciendo, solo quería ver que tal estaba, porque sin querer o quizá sí quería, me había quedado pillada por mi vecino.

Subiendo por las escaleras porque en verdad subir por el ascensor me hacía recordar esos primeros días con los cuales comencé a hablar con él  y sí,  puede parecer una tontería pero… para mí no lo era, prefería 1.000.000 de veces ir por las escaleras a un 3r piso, que no por el ascensor y ponerme a llorar.
 Iván solía esperarme en la puerta pero yo le evitaba

-Elena, cariño, ¿puedo hablar un momento contigo?

-Lo siento Iván, ahora mismo no puedo, mejor en otra ocasión –le respondía con un gesto apagado y al final con una sonrisa falsa-

Él no era consciente de la situación, no sabía lo que habían visto mis ojos y tampoco lo que mi corazón sentía por aquella visión tan descarada por su parte. Y aún así, tenía dos cojones para hablarme tan tranquilo, como si no hubiese pasado nada.

De un modo u otro quería venganza quería que sintiera lo mismo que yo había sentido ese día, pero ¿De qué me serviría? Quizá  no le importase y quedase como una niñata estúpida, y tampoco quería que se llevara una mala impresión de mí.
Pasaron unas semanas, Iván se había ido a un viaje a Ibiza con unos amigos, y como no, en mi cabeza solo pasaban imágenes de él con chicas guapísimas a su alrededor y que cualquiera podría caer en su red, para que mentir, yo ya sabía desde un buen principio que él no se podría fijar en mí pero aún así creo que sentía la necesidad de que alguien me diera ese cariño y por una parte, me siento feliz de que hubiese sido él.

Al día siguiente volvió a intentarlo

-Elena por favor, solo quiero hablar un momento.

-Iván estoy muy ocupada y mi madre me espera en casa.

En ese momento cuando estaba ya casi abriendo la puerta, él no perdió el tiempo para cogerme por la cintura y meterme  en brazos a su casa,  claro está, que yo intenté resistirme pero a quien voy a engañar por una parte también quería e igual él me ganaba en fuerza.

Al estar dentro él me quería coger de las manos como si me estuviera pidiendo matrimonio o algo pero yo aparte las manos antes de que me las cogiera

-Iván déjame salir, no ves que no me apetece hablar contigo en estos momentos

-Elena, no sé qué te pasa pero llevas unos días rara, me evitas y no quieres ni hablar conmigo

-Quiero que me dejes irme a casa, eso es todo.

Él no parada de insistir incluso llego a un punto en que me estaba poniendo de los nervios de lo pesado que se había puesto y pensé ¿Por qué no darle una oportunidad? Total, si quería después de esto volvería a evitarlo.
-Venga di

-Bien, te echo de menos, echo de menos esos besos

En ese momento, no sabía que pensar, si todo lo que a mí me parecía Iván antes era una farsa o que él en verdad era un hipócrita sin tener en cuenta los sentimientos de los demás.

Me cogió con fuerza y puedo decir que un poco de daño me hizo, así que me harte y se lo dije, y si os soy sincera nunca le había hablado así a nadie, siempre era la chica buena y la tímida con la que la gente podía meterse porque yo nunca saltaría.

-¡Eres un  hipócrita! ¿Te crees que soy tonta? He visto como te besabas con aquella chica en tu estupenda pero estúpida fiesta, y aún así te haces el loco y pasas como si no hubiese pasado nada. Puedes jugar con los sentimientos de los demás si quieres pero con los míos ni lo intentes otra vez, porque te tengo calado.

Él solo hizo un gesto como de que no le importase lo que le decía incluso eso me hizo más rabia. Bajo el rostro como si fuese un niño pequeño arrepentido por alguna insignificante travesura, pero en verdad, esta no era una travesura y tampoco insignificante.

-Lo siento… no sé que me estaba pasando

-No lo sientas, es normal, yo desde un principio ya lo sabía

-¿saber el que? – Me preguntó un tanto ya despistado.

-Qué era imposible que un chico como tú estuviera conmigo.

-No digas bobadas nena, eres una chica estupenda

-Pues si tan estupenda era… ¿Por qué lo hiciste



Estuvimos un buen rato discutiendo hasta que poco a poco el se fue acercando a mí, y yo igual, en aquél momento solo me podía volver a fijar en esos ojos, nos excitamos mucho y a día de hoy aún no entiendo cómo fue posible aquello, así de repente… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

*Intenta tener tu perfil habilitado o comentar como Nombre/URL u la opción OpenID para poder ver tu blog.

*Los insultos u otros pajaritos serán bien recibidos siempre que tengan un motivo y que éste, esté escrito en el comentario.